martes, 11 de octubre de 2011

Anorexia Nerviosa



La anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria. Su definición establece como característica principal la pérdida auto-inducida de peso, provocada por una preocupación anómala por la forma y el peso del propio cuerpo, que más tarde se manifiesta mediante el control excesivo de la ingesta de alimentos. Se presenta normalmente en la adolescencia (14-18 años de edad), también en edades más tardías (20-40 años). Es más frecuente en las mujeres, aunque existen casos en varones.
Por lo que se refiere a los hábitos alimenticios, las personas que padecen anorexia nerviosa disminuyen voluntariamente total o parcialmente el consumo de alimentos y seleccionan aquellos que ayuden a la reducción del peso. Llegan a realizar registro diario de las calorías consumidas y muestran un comportamiento obsesivo por las comidas.
El comportamiento de las personas que padecen este trastorno es muy variable dependiendo del paciente y la fase de la enfermedad. Al principio, mienten constantemente a los que le rodean, normalmente a la familia, como método para evitar las comidas y acelerar el proceso de pérdida de peso. Otros pacientes practican ejercicio físico en exceso o se provocan vómitos de forma intencionada. Algunos toman laxantes y diuréticos para intentar acelerar el proceso. Con el paso del tiempo algunos pacientes van aceptando su enfermedad y dejando de mentir, otros no consiguen llegar a esta etapa.
Se considera que en la anorexia nerviosa existe una sobrevaloración de la importancia que tiene la forma corporal. Se percibe la propia imagen corporal distorsionada, es decir, más grande de lo que realmente es, por lo que se busca de manera continua el adelgazamiento. Los pacientes pueden sufrir además diferentes trastornos mentales: depresión, ansiedad, tristeza infundada, pensamientos irracionales y hábitos de autolesión física.

Tipos de anorexia nerviosa
Existen dos subtipos de anorexia nerviosa según el DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales):
• Restrictiva: Se caracteriza porque el paciente intenta disminuir de peso realizando dieta y practicando ejercicio físico. No existen vómitos autoprovocados ni consumo de medicamentos para acelerar la acción de la dieta.

• Purgativa: Además de la dieta y el ejercicio, las personas afectadas por esta modalidad se autoprovocan el vómito, generalmente intentan ocultarlo para que nadie lo sepa. Es frecuente que esta práctica se difunda a amigas o se copie de series de televisión. Además consumen diversos medicamentos que supuestamente pueden ayudar en la disminución peso.
síntomas físicos:
Pérdida excesiva de peso. El índice de masa corporal es menor a 17,5 en los adultos, o el 85% del peso esperado para los niños
Retraso del crecimiento.
Alteraciones hormonales que provocan la interrupción del ciclo menstrual (amenorrea), reducción de la líbido e impotencia en los hombres.
Síntomas de inanición tales como alteraciones del metabolismo, ritmo cardíaco lento (bradicardia), hipotensión, hipotermia, anemia, disminución del número de plaquetas (plaquetopenia), pérdida de cabello (alopecia) y uñas frágiles.
Anormalidad en los niveles corporales de minerales y electrolitos.
Disminución en la función del sistema inmunitario.
síntomas psíquicos:
Personalidad rígida, pensamiento obsesivo relacionado con el peso y los alimentos, obsesión por la imagen y la forma del cuerpo. Alteraciones en la percepción, de tal forma que se ven gordos aunque no le estén. En otras ocasiones se ponen de manifiesto cuadros de ansiedad, depresión, fobia social, trastorno obsesivo-compulsivo y conductas agresivas.
tratamiento:
Es importante conseguir que la persona afectada reconozca que presenta anorexia nerviosa. La mayor parte de los pacientes que sufren este padecimiento niegan que lo suyo sea un trastorno de la alimentación y por esta causa acuden a recibir tratamiento cuando el problema ha avanzado mucho.
Dada la naturaleza de este padecimiento, el tratamiento busca restaurar el peso corporal ideal, estabilizar al organismo, mejorar su estado nutricional y restablecer los hábitos alimenticios. Conforme se avance en este proceso, deben abordarse los aspectos psicológicos y emocionales mediante psicoterapia, en ocasiones se utilizan medicamentos para mejorar la ansiedad, depresión u otros problemas psíquicos acompañantes.
Es posible que sea necesaria la hospitalización cuando la persona ha perdido mucho peso (por debajo del 30% de su peso corporal ideal, respecto a su edad, complexión y talla), continúa perdiendo peso a pesar del tratamiento o se presentan complicaciones médicas (problemas de frecuencia cardiaca, desorden de minerales y problemas mentales, como depresión o intento de suicidio).
Los programas de tratamiento tienen una buena tasa de éxito en la recuperación del peso normal, pero es común que haya recaídas. Las mujeres que desarrollan este trastorno alimentario a temprana edad tienen una mayor posibilidad de recuperación completa; pero, la mayoría de las personas con esta afección seguirá prefiriendo estar en un peso corporal bajo y estar preocupados hasta cierto punto por los alimentos y las calorías. El manejo del peso puede ser difícil y es posible que se requiera un tratamiento a largo plazo para ayudar a mantener un peso corporal saludable.
fuente: http://es.wikipedia.org

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